domingo, 17 de enero de 2021

El hombre más culto de Colima en el siglo XVII

 


                                                  Autor: Carlos Gómez Mayo


En el año de 1596 se avecindó en la Villa de Colima, un soldado español llamado Jerónimo de Avalos Vergara.

Por extraños azares del destino, conoció a doña Catalina de Grijalba; una mujer joven y viuda que vivía acompañada de su hija en la casa que les dejo su extinto marido Bernaldino de Alcalá.

La amistad se transformó en amor y en 1598 se casaron y un año más adelante su felicidad fue completa, cuando nació un hijo de ambos al que pusieron por nombre García de Avalos Vergara, sin conocer -en ese momento- que con el transcurso del tiempo ese niño pequeño se convertiría en el hombre más culto y educado de toda la provincia y en el segundo personaje más importante del antiguo Obispado de Michoacán.

Existen muchos documentos firmados por él en los archivos eclesiásticos en los que firmó con el apellido Dávalos Vergara, pero son dos los que nos aportan datos históricos de verdadera relevancia, el más famoso es sin lugar a dudas la Descripción del Obispado de Michoacán, redactada en 1639, que se encuentra en la Biblioteca Nacional de España, entre los documentos compilados por fray Juan de la Calle, un documento de cinco páginas, en el que explica en forma muy breve los ingresos del obispado, los nombres de los partidos o curatos, los conventos existentes y añade cuáles zonas tenían mayor o menor cantidad de población española e indígena.

El otro documento es muy rico en información familiar y personal y además nos brinda la oportunidad de conocer la zona en la que se desempeñó como visitador y juez eclesiástico.

Este último expediente presentado ante el Deán y Cabildo de la Santa Iglesia Catedral de Morelia, fechado el 13 de marzo de 1623, cuando realizo su oposición para recibir el beneficio de Capaquaro es el que transcribo a continuación.


El doctor García Dávalos Vergara, clérigo presbítero, natural de la Villa de Colima de este Obispado de Michoacán, como mejor lugar haya de derecho, comparezco ante ustedes en su cabildo (sede vacante) de la Santa Iglesia Catedral de esta ciudad de Valladolid y digo que yo me opuse en tiempo y en forma al beneficio curado del pueblo de Capaquaro que esta vacío conforme al edicto de vuestra ilustrísima ante quien comparecí personalmente y he sido examinado en la habilidad y suficiencia necesaria para la administración de dicho beneficio y por ella y por concurrir en mi persona todos los demás requisitos y calidades que disponen el Santo Colegio Tridentino y la Dirección Apostólica de este Obispado, y la cédula del Real Patronazgo de su majestad debo ser preferido (justicia mediante) a los demás opositores que vuestra ilustrísima hiciere al excelentísimo virrey de la Nueva España porque yo soy sacerdote hijo patrimonial y originario de este obispado; de padres, abuelos y bisabuelos nobles, cristianos viejos e hijosdalgo notorios y de ejecutoria litigada en la Real Cancillería de Valladolid de los Reinos de Castilla y beneméritos porque Garci Rodríguez mi bisabuelo paterno fue uno de los primeros pobladores de esta Nueva España y de México y conquistador de las partes del Reino de Galicia (Jalisco) y siete ciudades de Cíbola donde sirvió a su majestad con sus armas y caballos y criados a su costa y riesgo como consta todo por estas informaciones hechas por la Real Audiencia de México con citación del fiscal de su majestad para enviarlas al Real Consejo de Indias de que hago demostración = y de parte de mi madre doña Catalina de Grijalba y sus abuelos y bisabuelos de gente principal y que poblaron y ganaron las provincias de Oaxaca, las de Colima y provincia de Avalos y que el capitán Juan de Grijalba fue el primero que descubrió las Indias como es publico y notorio en este obispado y por tal lo alego”.


Después de leer esta parte del expediente en la que habla de su genealogía, pasemos a los siguientes párrafos en los que pone de manifiesto su preparación académica.


Y porque yo por mi persona me he empleado y ocupado desde mi niñez en los estudios de la Compañía de Jesús y Real Universidad de México con asistencia continua y cuidadosamente, siendo como soy buen latino y retorico y cumplidos los cursos en la Facultad de Artes y Filosofía fui graduado en ella de presbítero por suficiencia y riguroso examen, y asimismo, habiendo oído y cursado cánones y leyes recibí los grados de Bachiller en ambas facultades, habiendo tenido muchos actos públicos en ambos derechos con grande aplauso y aprobación de la Real Audiencia que asistió a ellos y de los doctores y maestros de la dicha Real Universidad, después de lo cual hecha la repetición (cumplida la pasante) con licitud y examen riguroso me gradúe en la Facultad de Cánones de Licenciado con general aprobación del claustro de ella y luego incontinenti recibí el grado de Doctor de la dicha Real Universidad como todo lo he dicho y cada cosa de ello consta por los testimonios auténticos que están insertos en las dichas informaciones a foja treinta y tres, y por otro testimonio suelto de los dos últimos que presente y por los dichos de los testigos a la octava y novena pregunta.
Ítem. Alego por calidad considerable como lo es que en la vacante de la Canonjía Doctoral de la Santa Iglesia de Tlaxcala por el año pasado de seiscientos y uno ( léase 1621 cuando tenía 22 años de edad) a que concurrieron otros ocho doctores eruditos me op
use a ellos, y siéndome señalados puntos de 24 horas para leer licitud de oposición, la leí públicamente la ley por espacio de una hora entera por ampolleta y respondí a todos los argumentos que me fueron puestos por los demás opositores y en los dichos días y en los otros días se los puse yo a ellos con aplauso y alabanza general como consta por el testimonio auténtico del secretario que se presento y en el examen que vos ha hecho de mí satisface bastantemente en la latinidad y materia de sacramentos.


. Sobre su confiabilidad y experiencia en el desempeño de un cargo escribió lo siguiente:

“Ítem. Por el año pasado de seiscientos y veinte, fui proveído por comisión del obispo, que sea en gloria, por su visitador de la Villa y Provincia de Colima y Valles de Alima y Cajitlán, Motines y Maquili y sus pueblos, iglesias y hospitales; cofradías, testamentos, clérigos y mercedarios por la satisfacción que tenía de mi persona, letra y rectitud y con ella hice la dicha visita, loablemente; como consta de la provisión y testimonio de haberla hecho y ejercido, que está inserta en las dichas informaciones a fojas treinta en la segunda plana.

Asimismo he servido y me he ocupado en la administración de los santos sacramentos a españoles e indios y de la justicia eclesiástica siendo como he sido cura y lugarteniente del Beneficio de la Iglesia Mayor y Villa de Colima que es de mucho número de españoles e indios, del pueblo de Tequilistlan por saber su lengua mexicana que allí se habla y no otra – y asimismo he sido vicario, juez eclesiástico incapite de otras provincias circunvecinas con amplia facultad como consta en la dicha memoria y provisión original que he presentado ante vuestra santidad con testimonios para que se me paguen novenos que me pertenecieren por la dicha administración”.

En todos los cargos he dado loables resultados, así en ellos como asistiendo a la ciudad de México, he vivido siempre honesta y recogidamente con buena vida, ejemplo y fama, sin queja de alguno, ni nota de mi persona como consta en las dichas informaciones y testigos de mayor excepción a la onceava pregunta de sus disposiciones y a vuestra ilustrísima y a todos los señores de su cabildo por fama y relaciones y es público que por cartas de pocos días a esta parte de la justicia y regimiento y de particulares de la dicha villa y provincia de Colima, aprobando y testificando; mi vida, costumbres y buen proceder, escritas a vuestra Santidad que por su propio lo mande advertir en esta calidad. Y no debe de obrar para que vuestra Santidad no me haga honra y merced conforme a las dichas calidades, el no saber la lengua tarasca del dicho partido, pues los estudios y cargos que he tenido donde no se habla, no han dado lugar a estudiarla; mayormente que su majestad por sus reales provisiones y presentaciones como patrón concede siempre un año para aprenderla y en menos tiempo si fuese proveído la sabré muy bien, teniendo conmigo y a mi costa, sacerdote perito y aprobado en ella como se ha usado con otros, además de que los dichos opositores no la saben cumplidamente, sino algunos principios estudiados de pocos meses a esta parte como es público y notorio, atento a lo cual -.

A vuestra Ilustrísima, pido y suplico, se sirva de preferirme conforme a las dichas calidades, expresándolas en la dicha nómina y vista mandar que se me devuelvan las informaciones para salvaguardar mi derecho que con ello recibiré bien y merced y con justicia lo pido”.

Firma, García Dávalos Vergara.


Los miembros del cabildo de la Santa Iglesia Catedral de Morelia le negaron el puesto de sacerdote del beneficio de Capaquaro porque ya tenían destinado para él, un lugar de mayor jerarquía, un cargo de Canónigo, que lo colocaba a la misma altura que ellos y en uno de los diez eclesiásticos más importantes del extenso Obispado de Michoacán.
A pesar de su juventud se mantuvo quince años en ese puesto, pero en 1639, tras el fallecimiento del obispo Francisco de Ribera (5 de septiembre de 1637) y la elección de fray Marcos Ramírez de Prado y Ovando (30 de mayo de 1639) quiso el destino que al entregar la Descripción del Obispado de Michoacán que escribió para el nuevo obispo como un medio de información, recibió como premio el ascenso a Deán que lo ponía en el segundo lugar de importancia dentro de la curia michoacana.
Desde 1640 hasta 1654 se mantuvo en ese cargo y en 1655 llegó al pináculo de su carrera sacerdotal cuando recibió el nombramiento por parte del rey como obispo de la diócesis de León de Nicaragua un cargo que desgraciadamente no logró ejercer porque la muerte lo sorprendió un poco antes de que llegará la Bula Papal que ratificaba su nombramiento.

Escribí esta crónica para que la gente del estado de Colima, se entere de la existencia de uno de sus hombres más valiosos, un hombre que vivió hace cuatro siglos y que no merece estar sepultado bajo el polvo del olvido.

Espero con esta breve reseña, haber alcanzado mi propósito.

Crédito fotográfico:

JustitoElNotario en Pixabay



No hay comentarios.:

Publicar un comentario