domingo, 7 de febrero de 2021

La leyenda del Gentil

 

                                                             

                                                             Autor: Carlos Gómez Mayo

Desde los albores del siglo XVII hasta el año de 1815, el Galeón de Manila, establecio una ruta comercial entre el puerto de Acapulco y las Islas Filipinas, La plata extraída en la Nueva España, era cambiada en la ciudad de Manila por productos asiáticos entre ellos, telas de seda, figuras de marfil y especias cómo el clavo y la canela.


Aunque el trayecto era difícil y peligroso, generaba tanta riqueza, que llamo la atención de otros países enemigos de España y se armaron flotas de barcos piratas que se convirtieron en el terror de los mares del sur.


Una de ellas, de origen holandés, bajo el mando del almirante Joris Van Speilbergen, compuesta de 6 embarcaciones, entre las que destacaba la nave capitana, llamada Groote Sone (El sol) armada con 28 cañones, llego al puerto de Acapulco el 11 de octubre de 1615, con la mayoría de sus 650 tripulantes enfermos de escorbuto y aunque fueron recibidos con disparos de advertencia, no se retiraron y mandaron una comisión para pactar una tregua que fue aceptada por el comandante Fernández de Córdoba. Speilbergen duro 7 días en ese puerto y tan pronto adquirió alimentos y agua, cumplió su parte del trato y le entregó al comandante Fernández, 20 prisioneros españoles que capturo en sus asaltos en las costas de Chile y del Perú.


El 18 de octubre levaron anclas y partieron con destino al puerto de Salagua de la distante Provincia de Colima.


Habían pasado 3 días de navegación y frente a una diminuta bahía de la costa michoacana, los navíos fueron anclados, para que un grupo de hombres fueran a tierra a cazar venados, pero uno de ellos, de enorme estatura al que apodaban Pichelingue por su torso descomunal y piernas cortas, que le daban un aspecto de simio, se negó a obedecer y agredió al almirante, siendo sometido poco después por sus compañeros que le ataron las manos por la espalda y lo encerraron en un camarote.


Antes del anochecer, prosiguieron su viaje y al aparecer los primeros rayos de sol del siguiente día, el rebelde fue juzgado y condenado a muerte.

Al mediodía, frente al puerto de San Telmo, fue sacado de su prisión y llevado a la tabla de la que sería arrojado a las enfurecidas aguas del mar.

Cuando sus pies la tocaron, volteo a verlos y les grito:


"Malditos, volveré del mas allá para matarlos a todos"- luego soltó una espeluznante carcajada y se lanzó, siendo engullido inmediatamente por el océano.


El almirante, ordenó el reinicio del viaje y el 10 de noviembre desembarcaron en el puerto de Salagua en donde tuvieron un sangriento combate con los españoles bajo el mando de Sebastian Vizcaíno, en el que ninguno pudo adjudicarse la victoria.


 Con algunos de ellos heridos, los piratas se fueron a la bahía de Tenacatita, Jalisco, y después de reparar sus naves emprendieron el regreso a Holanda, para nunca volver.


Cuenta la leyenda que el pirata ejecutado, hizo un pacto con Satanás y que este le permite, salir del infierno cada año, para recorrer la playa desde San Telmo, Michoacán; hasta Tecuanillo, Colima; en busca de sus asesinos, pero al no encontrarlos, calma su coraje capturando y ahogando en las aguas del mar a cualquier hombre que encuentra en su camino.


Si te gusta pescar o acampar de noche en la orilla del mar, ten cuidado; ese monstruo al que ahora llaman El Gentil, es el pirata vengador, un gigante de pelo, bigote y barba blanca, del que pocos, muy pocos; han logrado escapar.















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